El Gobierno nacional tomó la decisión de suspender el Plan Mi Pieza, dirigido a personas que viven en situaciones de vulnerabilidad o en barrios populares.
La iniciativa, que buscaba mejorar la infraestructura de viviendas en barrios vulnerables, se suma a la suspensión del Plan Mi Baño. Ambos programas eran ejecutados por el Ministerio de Capital Humano y tenían un enfoque particular en beneficiar a mujeres en situación de vulnerabilidad.
La crítica situación se desató a raíz de las modificaciones en el Impuesto PAÍS, que implicaron una significativa reducción en la asignación de capital al FISU. Este fondo recibía previamente el 30% de la recaudación proveniente del impuesto sobre divisas extranjeras, pero con las recientes modificaciones, su participación se ha visto drásticamente reducida a tan solo el 1%.
Ambos programas, Mi Pieza y Mi Baño, no operaban como créditos tradicionales, sino que se otorgaban en forma de asignaciones no reembolsables, es decir, como ayudas económicas con requisitos fijos, similares a las pensiones del organismo previsional o planes sociales.
El proceso de asignación implicaba sorteos periódicos realizados por Desarrollo Social, dirigidos a personas inscritas en el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBap) y mujeres mayores de 18 años. Los beneficiarios recibían $600,000 para llevar a cabo mejoras en la infraestructura de sus viviendas, con el pago dividido en dos cuotas. La segunda liquidación se efectuaba una vez comprobados los avances de la primera fase, y ANSES abonaba a los titulares una vez aceptado el plan de obra.
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